Tomado del BLOG CADTM
por Daniel Munevar , Eric Toussaint
10 de octubre de 2013
Mientras en Washington se celebra la reunión anual conjunta
del FMI y del Banco Mundial,
deberíamos tener presente, de nuevo, el Milenio del desarrollo
y sus promesas. |1| La historia del desarrollo
económico está llena de tentativas de corrección de los
«errores» de sus políticas. El método preferido es agregar
nuevos elementos a la agenda. En gran parte, esto ha
consistido en ampliar las temáticas que se tienen en cuenta en
las decisiones políticas, integrando algunas preocupaciones
ambientales y sociales.
El fracaso de este método salta a la vista, ya que de los
ocho Objetivos del Milenio para el Desarrollo (OMD), solamente
se alcanzaron dos y es poco probable que los otros seis lo
sean en 2015. En otras palabras, los resultados de la actual
agenda de desarrollo son escandalosamente escasos. |2|
Efectivamente, la solución no es agregar nuevos elementos a
ese marco, sino comprobar si los elementos ya integrados
funcionan, y si no fuera así, si éstos podrían eliminarse. Es
el caso de la Deuda como herramienta de desarrollo político,
económico y social.
Desde el Plan Marshall, en Europa, los círculos políticos
tienen la idea fija de que la inyección de capital y el aporte
de nuevos recursos financieros constituyen unos factores
fundamentales para el desarrollo. En el transcurso de los
últimos 60 años, el Banco Mundial
se basó en esta premisa haciendo que el endeudamiento de los
países fuera la clave para su desarrollo. La experiencia
demostró que esta estrategia conduce a un fracaso total. En
muchísimos casos, las condiciones de vida de cientos de
millones de personas en el mundo se deterioraron debido a
estas políticas de endeudamiento impuestas por el Banco
Mundial y el FMI, con la complicidad de sus propios
gobiernos. |3|
Links:
http://cadtm.org/Semana-de-accion-global-sobre
http://cadtm.org/Banco-Mundial-FMI-la-quiebra-del
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