jueves, 31 de enero de 2013

COMUNICADO DE PRENSA


COMUNICADO DE PRENSA
¡JORNADA POR LA JUSTICIA!

En el marco de la celebración del 5 de febrero, Aniversario de la Constitución Mexicana,  el movimiento social El Barzón Chihuahua dará inicio a la JORNADA POR LA JUSTICIA.

El viernes 1 de febrero, a las 9:00 a.m. del Ejido Benito Juárez Municipio de Buenaventura, saldrá la cabalgata de jinetes enarbolando las demandas del campo y la exigencia de justicia para los defensores de derechos humanos ambientalistas Ismael Solorio Urrutia y Manuelita Solís.

El sábado 2 de febrero a las 11:00 a.m., de ciudad Cuauhtémoc, iniciará la caminata  de  las víctimas, integrada por familiares de mujeres y hombres desaparecidos, exigiendo el derecho a la verdad y la justicia; formada también por miembros de comunidades indígenas en defensa de su territorio y los recursos naturales, así como productores temporaleros en demanda de justicia para el campo. 

El domingo 3 de febrero a las 10:00 a.m., de ciudad Delicias, partirá la tractorada con las demandas de la reactivación del campo.

El lunes 4 de febrero a las 9:00  a.m., las y los vendedores ambulantes en Chihuahua capital, realizarán un ayuno por el derecho al trabajo digno, denunciando  la discriminación en la remodelación del Centro Histórico.

Las tres modalidades de caminatas, recorridos a lomo de caballo o de tractor y el ayuno, son las formas usuales que por más de 20 años  esta organización social ha utilizado para realizar protestas. 

Todas las marchas llegarán el día 5 de febrero a las 11:00 a.m. al centro de la ciudad para celebrar una Asamblea Ciudadana, con la presencia de una comisión de observadores de derechos humanos.

En El Barzón aún conservamos la indignación y el espíritu de resistencia ante las injusticias.

Chihuahua, Chih. México a 30 de enero de 2013

miércoles, 23 de enero de 2013

Peña de muerte



2013
Peña de muerte 
Por: Tarikles



El Gobernador del estado de Chihuahua, Cesar Duarte, se refirió en favor de la “pena de muerte

Según el Diario de Chihuahua, con fecha del tres de diciembre del 2012[1]; “El gobernador César Duarte Jáquez propuso que la reforma a los códigos penales del país incluyan la pena de muerte a secuestradores que asesinen a sus víctimas”. Lo declaró posterior a los violentos enfrentamientos que se dieron en la toma presidencial del 1º de diciembre.  ¿Cómo leer dichas declaraciones? Cesar Duarte muestra apoyo incondicional al actual Peña Nieto, por el uso excesivo de la fuerza pública en la toma de poder del 1º de diciembre, así como en la intentona de legitimar, por medio de la violencia, de nuevo al PRI en la presidencia del país.  

            Los registros históricos acerca de la aplicación de la pena de muerte, como “método punitivo”, en lo que pudiéramos llamar historia de la humanidad, debió habernos dejado como mínimo una lección. Primero que nada, que en la “aplicación legal y justificada” de la pena de muerte siempre sucede lo que desde tiempos registrados como la edad media relatan: los excesos. O mejor escrito, siempre estaremos, al final de cuentas a voluntad, del juez. Es fácilmente identificable, entre quienes le han dedicado tiempo de estudio al tema, la posición en donde la pena de muerte ha dejado palpado en libros, enciclopedias y almanaques que, cuando se recurre al método, se responde más a intenciones del tipo político; crear terror y miedo en grupos humanos y poblaciones especificas.   



La pena de muerte implica la repugnante necesidad de crear el oficio del verdugo

No sólo la cárcel vitalicia, como lo propuso y lo aprobó su gobierno, sino la pena de muerte a quienes cometan el delito de secuestro agravado, que es cuando el plagiario cobra el rescate y luego mutila y/o da muerte al secuestrado (...) Yo me iría más allá, creo que el secuestro agravado debe plantearse con pena de muerte”, continuó el mandatario, según relataba el periódico.

En los pueblos, que se nombran o pretenden ser educados, que indistintamente entrarían en el término democrático, la existencia (el sólo vivir), la vida como tanto pregonan los religiosos, significa el bien supremo por excelencia. Se insiste, incluso, que entre las poblaciones prosperadas, (de “prosperidad”), la tortura y/o mutilación, inclusive la humillación pública, a modo de castigos, por su carácter manifiestamente cruel, inhumano e ignominioso, tienden a rechazarse. La pena de muerte es aún peor, cualesquiera que sea la técnica con la que se ejecute, produce invariablemente un extremo sufrimiento psicológico y social. Espanto, pánico, angustia, ansiedad, depresión, inclusive desarrollo de ideas suicidas, y todo ello durante años, son sólo algunas de las tantas secuelas registradas en estudios e investigaciones en torno de la también conocida, pena capital. No sólo son digeridas por el inculpado antes y durante la ejecución, sino también por sus familiares, allegados e incluso son síntomas presentados en sus ejecutores como guardias y carceleros aledaños a la ejecución.

Es un código planteado ante una emergencia que vive la nación en materia de seguridad”, añadió el mandatario.

“Duarte Jáquez consideró que la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto, de unificar criterios en torno a los códigos Penal y de Procedimientos Penales de todo el país evitaría que los presuntos delincuentes se beneficien de las contradicciones jurídicas para que en la última instancia se les otorgue la libertad”; agregaba la nota periodística chihuahuense.

El estado fue cimentado hacia el amparo de la vida e intereses comunes, a según del grupo o comunidad que se hable. Y si nos apuramos, diría el charles-Ton (un compatriota radicado en el defeño), debería extenderse al amparo de la vida, no sólo de un determinado grupo, sino de la humanidad en general. Conceder al Estado la posibilidad de matarnos, aunque “exclusivamente” sea en decretados incidentes, fragmenta la primicia de la intangibilidad de la existencia humana. Es de muchos conocidos, que ante el mismo delito cometido, los acusados con mayor capacidad económica suelen poder evadir la “justicia”, gracias a permitirse ajustar agentes más diestros y comprometidos con su caso. Los pobres, ignaros o con contrariedades cerebrales y los socialmente segregados poseen el doble de riesgos de ser condenados a morir. ¡La existencia de la pena de muerte supone aceptar que necesariamente habrá un cierto número de personas inocentes que serán ejecutadas!

La pena de muerte no es justicia, sino venganza

Aunque el deseo de venganza sea sensiblemente patente, o incluso, perdonable, no podemos brincar de ahí, a que se pueda basar un sistema de “justicia” criminal en un Estado de Derecho. Aplicar, como llaman, la prehistórica Ley del talión (ojo por ojo, diente por diente), significa, por principio, regresar a periodos en donde el estado pueda perseguir y matar, sólo por nombrar dos de los más emblemáticos, a judíos y tártaros. Aceptar por el Estado que la muerte logra ser una pena “apropiada” y “legítima” socorre a enaltecer la aprobación social de desquites privados y generalizar el uso de la violencia.


De cierre

Actualmente, en este país, existe el derecho, al menos de manera formal, decíamos, de vivir y no ser asesinado por haber nacido de tal o cuál forma, en tal o cuál familia. Si bien, en el norte la guerra contra el narco ha significado lo contrario (grupos del tipo elite militar y mercenarios Escuadrones de la Muerte; llamó bien desde Juárez Geronimo Fong), atacan a grupos de una población desarmada y desprotegida con pretexto de la guerra vs el narco. “Se pretende olvidar que han existido regímenes, como el fascismo y el bonapartismo estalinista, que simple y llanamente han significado la muerte para miles y millones, el genocidio de sectores del proletariado y del pueblo por cuestiones raciales o ideológicas…” (Un proletariado sin Cabeza, POS: 2006).

Si a Calderón le tocó el mandato de militarizar al país; al del copetín, seguramente le corresponde institucionalizar la violencia. Y la institucionalización de la Guerra contra el Narco cuadra muy bien en el proceso de pretender establecer la pena capital como método punitivo contra los que diferimos del Estado actual.

¡Fuera el Ejército de las calles! ¡No a la Pena Capital! ¡Fuera Peña de Muerte!


Diseño de: Rjchihuahua Ricardo / Facebook
Activista Político del Reten Ciudadano

jueves, 17 de enero de 2013

Se las Paseamos…


Enero 2013

Se las Paseamos…

Por: Tarikles



Hicimos pasarela

Ahora en viernes once del mes primero del año en curso, en la misma Plaza de Armas, en dónde se juega la propia existencia el grupo de vendedores ambulantes, otomíes, mazahuas, mixtecos, nahualts y también algunos mestizos, denominado “Grupo 22-12”. Designado así para recordarle a la gente el día 22 de diciembre del 2012, fecha en que fueron violentamente desalojados y reprimidos por la policía local a orden del edil Marco Adán Quezada. Allí mismísimo, al coro de “pasarela, pasarela”, bien ordenados, de una por uno, cada quien tomó su respectiva cartulina, con su sub-secuente demanda, denuncia o consigna, y enfilamos hacía la parte frontal, del edificio que usurpan desde hace años las consecutivas administraciones municipales, de la capital Chihuahua. Desde atrás, magnificada por la tecnología, la compañera le recordaba nuestra existencia a los paseantes, así como hacíamos gala de ordenamiento, mientras se las paseábamos, ¡las cartulinas claro!, de frente a los polis que allí aguardecían a las llamadas “autoridades”.         

Las mismas demandas

¡Devuélvannos nuestras cosas! ¡Queremos seguir trabajando! ¡Exigimos nuestros espacios! ¡No nos importa ni el frío ni el hambre, queremos seguir vendiendo! Siguen siendo las principales exigencias de aquél grupo. Empero, reconocen y solicitan audiencia con el presidente municipal, a quien le corresponde regresarles sus pertenencias así como espacios de trabajo. 

El trasfondo

Quienes han sido clasificados regularmente de la tabla para abajo. En otra palabras, también conocidos como feos, desheredados, morenos, menesterosos, infelices, desarrapados, que habitualmente, son medidos por su “baja” capacidad de ingreso per cápita, sus “devaluadas” o nulas propiedades, o también, por su “in”- capacidad productiva. Es decir, que tan “in” capaz sé es de emplearse para algún patrón, patrona y/o patronal, u en su defecto (auto-emplearse), que regularmente, o de igual forma, ocupan las filas de los históricamente acreditados como minorías étnicas u indígenas, algunos grupos de homosexuales, guetos, discapacitados, comunidades urbanas de orígenes básicamente rurales, con alguna enfermedad, limitante o limítrofe física, mental, cultural o discapacidad de cualquier índole. Que también por ello, su exclusión a las filas de la economía informal (ambulantaje). - ¡Un escritor de apellido Saramago, agudamente denominó “los nadie”, creo que bien se puede extender la idea!- (…) decíamos, del “Grupo 22-12”, saben, de perfecta sapiencia vivida, que cada vez existen menos lugares. ¡Cada vez menos espacios, para ellas y ellos, en esta sociedad! “Ya no forman parte del engranaje moderno de la Ciudad”, versó por ahí. En sus relatos, acerca de reprimendas sufridas, cuentan que les gritan frases como “ustedes ya no caben aquí, mejor váyanse”, “deslucen la ciudad”, “se trata de limpiar el centro”, “se trata de darle vida al centro”, expresiones que incluso, se han filtrado en declaraciones de funcionarios públicos, y que hasta el mismísimo munícipe ha dado, pretendiendo encontrar alguna explicación sobre el desalojo de los ambulantes más desprotegidos del centro histórico de la ciudad de Chihuahua. A según, de la existencia de un “Plan Municipal de Desarrollo”, el cual tiene contemplado y diseñado espacios, sí ¡pero! demandadamente, sólo para grandes centros comerciales y financieros, quitando los tradicionales y populares mercados, tianguis y corredores u espacios improvisados de parte del comercio informal. 

El rumbo

Por esa razón -¿puede?- que de ésta lucha, resulten y surjan elementos y lazos, que ajustadamente puedan representar, además, la posibilidad de un comienzo, de una alternativa local a las políticas neoliberales. O lo que, en otras palabras, o dicho de otra manera, obispos latinoamericanos documentaron algo así como: “Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social… Los excluidos (de una economía globalizada) no son solamente explotados sino sobrantes y desechables” (Aparecida[1]: mayo 2007).

La Labor

Estuvo lleno de policías y guaruras, además de la lamentable situación que se vive en centro capitalino, debido a las obras de remodelación o limpieza arquitectónica y social. Cabe decir de nuevo, se las paseamos. Impulsar, retomar y fortalecer los vínculos locales, estatales, nacionales y de ser posibles, internacionales. Necesitamos recurrir a la solidaridad, necesitamos recurrir a una voz que tenga más poder.  ¡A la voz del pueblo!  


[1] Es el documento resultado de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, de mayo de 2007 en Aparecida Brasil. Dicho escrito, tiene la venia del Papa Benedicto quien autorizó su publicación para el (29 de junio 2007).





jueves, 10 de enero de 2013

Éramos cincuentón

Foto de Rocío Martínez



Enero 2013
Éramos cincuentón
Por: Tarikles



Más del tostón
Estábamos en el kiosco central de la plaza de armas; la que hace frente a todas las autoridades impuestas, éramos un grupo arriba de las cincuenta personas. En el puro centro de aquél foco de poderes quesque impolutos, se concentraron un grupo de mujeres y hombres, así como algunos niños y adolescentes, minutos antes de las once antes meridiano. Se trató de un mitin, ­­en el octavo día de protesta, al más puro estilo de la vieja Rusia. ¡El frío estaba cabrón! La temperatura no pasaba de un dígito centígrado, según expresiones del lugar. Se trató del grupo de vendedores ambulantes del centro histórico recién desalojados violentamente a orden del alcalde chihuahuense Marco Adán Quezada.     

Las demandas     
¡Devuélvannos nuestras cosas! ¡Queremos seguir trabajando! ¡Exigimos nuestros espacios! ¡No nos importa ni el frío ni el hambre, queremos seguir vendiendo! Fueron las principales exigencias de aquél grupo de personas dedicadas al comercio informal de la ciudad.  


El trayecto

En fila, muy bien ordenados, caminamos desde el desolado kiosco, ubicado al centro de la antes llamada Plaza Constitución, entre el palacio municipal y la catedral. Con nuestras respectivas cartulinas de exigencias y reclamos. Ahí nos dimos cuenta de que éramos más de la media centena. El final del trayecto significó llegar al edificio que alguna vez albergó un hotel de nombre presidente, el que ahora acoge al que también llaman “otro” poder, donde se hacen las leyes. Allí mismo se nos detuvo, qué a dónde y con quién íbamos preguntó uno de los guardianes, de los de ahí dentro, de ésos que dicen trabajar allí.

El recinto
 Una vez explicado y atendido que tanto los legisladores, funcionarios públicos, agentes de ésos que cargan, armas largas y armas cortas, y en general, toda la burocracia del estado, es cargada, digo perdón, pagada por vía de los impuestos, se nos permitió el acceso a uno de ésos recintos bonitos para atender asuntos públicos importantes. Hasta café nos anduvieron dando, mientras se hacía la fila de las peticiones, quejas, agravios y denuncias. Cabe señalar, que todo este proceso, se llevó a cabo en total y completo apego a sus escrituras. Incluso se hizo delante de un hombre y una mujer, que además de presentarse como legisladores y nuestros amigos, se dijeron estar preocupados por lo bochornoso e injusto del acontecer de los ambulantes. Todo esto tuvo sentido, decíamos, en sus totales y cabales formas, mientras adentro del recinto nos ofrecían esmero, y ser intermediarios frente a las otras autoridades (el edil), así como con un gustoso cafecito para el frío, explicó la señora de emperifollado peinado que prestó su amable atención, afuera se desplegó aparatoso operativo de policías y cuerpos de ésos que llaman antimotines. Si lo bueno fue que la negociación llegó a buen término, quesque “iban a ver en qué podían ayudar”. Esa fue la conclusión, al menos, así quedó presente entre los que asistimos, y en voz de la que dijo ser representante del H. Congreso del Estado, y que mostraba claras señas de molestia, ante la presidida deliberación popular.

Foto de Rocío Martínez
Una voz que tenga más poder…
            Hubo las frases que enconaban “Una voz que tenga más poder”, acentuó Porfiria. Una señora vendedora de arriba de 50 años, indígena Mazahua, según indicó en su participación frente a la anunciada presidenta de los legisladores y uno más de apellido Bonne. Se comenzó diciendo; “… una voz, que tenga más poder que los líderes del PRI que nos ofrecieron resolver el conflicto”. “… una voz, que tenga más poder que Marco Quezada que nos ofreció resolvernos favorablemente”. “… una voz, que tenga más poder que el propio gobernador que se ofreció en campaña a resolver nuestros problemas”.

La única voz siguiente, por tanto consiguiente, para poder remendar los desastres actuales de la clase política en el poder, resulta, ése ente abstracto discursivamente pero que en los hechos de nuestra historia le conocemos como marabunta, populacho, plebe, nacos, raza o pueblo, simple y llanamente. Según recuerdo, de alguna escuela, siempre que algún grupo humano ha llegado hasta el hastío, sea alguna de esas que han llamado civilizaciones, sea algún pueblo frente a su opresor. Inclusive se trate de alguna sociedad de las que hoy llamamos democráticas, si el agregado de pobres, desposeídos, excluidos conjunta su molestia y se logra organizar, le puede hacer pagar los platos rotos al gobierno en turno.