Últimas de enero 2013
Una más de ambulantes
Por: Tarikles
Cesar Duarte Jaques, gobernador del estado de Chihuahua, tuvo que
atender a los disconformes vendedores ambulantes del “Grupo 22-12”
Hace más de una semana,
el diez y siete de enero, en lo que se conocería como la primera audiencia
pública en la capital chihuahuense, durante la gestión del actual gobierno
priísta, se hizo presente el grupo “22-12”, así como también, una serie de organizaciones
y activistas solidarios, quienes exteriorizaron al mandatario atención. En
propio palacio de gobierno, llegados desde el kiosco de la plaza de armas,
movilizado el grupo entero y sus acompañantes, respetuosamente nos aposentamos
en el recinto de gobernación así como delante, por no decir, enfrentote, de sus
televisiones, radios y periódicos chicos, medios y de grande tamaño.
¡Fue
como una pasarela grandota!
Kaminamos toda la
calle Libertad. Sí por allí mesmo.
Por dónde los vendedores establecidos de la COCENTRO, CANACO, CANACINTRA o cualquiera CACA de
ésas que llaman, con renombradas
letras doradas y/o plateadas, de los grupos empresariales y empresarilis, que tan buena relación
llevan con sus autoridades, independientemente, de los colores que se ufanen
defender en sus camisetas los llamados gobernantes. ¡Ustedes no están para saberlo! Pero… Llevábamos cartulinas; cada
quien la propia. En fila, con su cada cual y su cada quien. Sabíamos de ante
mano que las personas que se acumulaban a las afueras de los negocios, así como
los mismos paseantes de tan conocida calle céntrica, no llevaban en sus
rostros, rasgos de cordialidad, amabilidad y/o mucho menos de solidaridad. ¡En el centro histórico de chihuahua se está
llevando una pugna entre, los mayormente conocidos como, los pudientes y dueños
con recursos, acompañados de sus administradores y representantes del Estado,
junto con sus respectivos policías y cuerpos
policíacos, frente a los vendedores ambulantes, chicleros, gentes con
escasos recursos, fragmentos y pequeños grupos de indígenas y desplazados rurales,
así como discapacitados y grupos de la tercera edad con enfermedades crónico
degenerativas, por ende, arraigados al comercio informal. Lo que comúnmente en
los diccionarios enuncian como pueblo!
¡Se
trata de solidaridad!
¡Se trata de una lucha
política! Los surtidos pasos que hemos dado con las múltiples pasarelas kaminadas.
Las cientos, o quizás de milpa arriba, de palabras que se han gastado en cada
reunión. Las mal pasadas con el frío,
el hambre y las enfermedades que han acompañado a las y los compañeros del grupo
“22-12”.
Los golpes recibidos, por parte, de las policías municipales. La paz pérdida,
que han obtenido al ser desalojados y despojados de, para muchas de ellas, su
única forma de ingreso per-capita. La
burla, humillación y descrédito sufridos desde que iniciaron su lucha y defensa
por la vida. Todas ésas cosas, todo ése desgaste. Más de sesenta días en la
kalle gritando. Todo eso, quiere el gobierno que lo olvidemos. ¡Qué no
importa!
¡Se
trató de unidad de la difícil!
Queriéndose escudar en una verdadera estupidez, Miguel
Ángel González, secretario del gobernador Duarte, informó “que los interesados en hablar con el mandatario debieron llegar y tomar
un lugar para ser atendidos. Indicó que de los presentes, sólo 100 habían
solicitado audiencia vía la página de internet del Gobierno www.chihuahua.gob.mx”,
según exteriorizó, Jaime Armendáriz, en el Diario de Chihuahua, un día
después del topetazo que el grupo “22-12” asignó a las autoridades locales. El
restablecimiento del “diálogo” (sordo, de parte de ellos… del alcalde y el
mayor gobernante del estado), se debió firmemente, a los niveles de audiencia,
fuera y dentro, del mentado evento. Empero, lo que realmente ha mantenido a las
y los compañeros, del “22-12”,
es y ha sido la entrañable solidaridad que ha ido consiguiendo y generándose.
Hasta el día viernes primero del segundo mes, las
autoridades volvían a ignorar las demandas y peticiones de los compañeros que
viven de la economía informal. No sólo eso, igualmente, menosprecian
públicamente todos y cada unos de los sectores y demandas que se generan
alrededor de los problemas y carencias en que vive la población chihuahuense.
Un día antes, el jueves último de enero, las y los compañeros del magisterio
(en contra de la reforma educativa) en coalición temporal con gente del
sindicato de telefonistas (en contra de la reforma laboral), ex-braceros
(porque se les respeten sus derechos y reciban retribuciones económicas y de
asistencia social), los acérrimos de la economía informal (porque sean
reubicados en sus lugares, devuelto económicamente el daño recibido y
reinstalados en los nuevos planes municipales), y la sociedad en muchedumbre
(en contra de las políticas), sumaban más de dos centenas de personas frente a
palacio de gobierno estatal para exigir un freno a sus políticas de tono
neoliberal y represor. Desde el último día, del mes anterior, y al menos los
primeros cuatro días del segundo mes, el grueso de la organizaciones sociales y
políticas del estado, a invitación del Barzón y toda la estructura alrededor,
como centro de derechos humanos del estado, que rodean tanto la parte rural y
urbana, así como regiones que incluyen el norte, noroeste, centro y sur del
estado de Chihuahua, realizarán una serie actos, caminatas, movilizaciones,
audiencias y simbolismos del orden de la protesta social y rechazo ante la
política municipal, estatal y federal.
¡Se
trata de una coyuntura!
Desde la toma de posesión del Peña Muerte[1],
es decir, desde el cierre del año anterior. Y, por lo que representó el primer
mes del año en turno, así como, por la manera en que se anuncia el segundo mes
del año. La capital chihuahuense, en sus dos representaciones, municipal y
estatal, se ha visto asediada por la protesta social y la inconformidad ante la
burla de justicia impartida, ante la carencia de ocasiones económicas, de
salud, escolares y de oportunidades de vida.
¡No entienden el
juego! Entre más aprietan los gobiernos la carta de la escasez, la
desigualdad y la burla por medio de sus planes, proyectos y políticas públicas,
sociales y económicas. Más produce la fábrica de pobres, excluidos, informales
y desposeídos del game. No entienden
la fórmula;
¡Más crece la desigualdad, más crece la protesta. Más crece la
represión, más crece la inconformidad. Más crece la burla, más crece la rabia.
Más crecen cada una de ellas, más crece la unidad!
[1] Por lo que creo que representa Peña
Nieto, en el sexenio entrante, acompañado de toda su maquinaria estatal, en
este caso Duarte, y sus políticas de tono duro, de tiempo atrás compañeras y
compañeros de la gota y el POS, rebautizamos al mandatario presidencial como “Peña de Muerte”.
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