domingo, 15 de enero de 2012



Colectivo La Gota
Programa mínimo

Compañer@s, en el texto que ahora presentamos, plasmamos no sólo nuestras aspiraciones y las ideas que nos guían, sino sobre todo la práctica que hemos desarrollado en el transcurso de nuestra participación dentro del colectivo. Nosotros ahora mismo estamos ante dos situaciones de coyuntura, por un lado la pérdida de quien era nuestro cuadro profesional Luis K’Fong, miembro insustituible e imprescindible para la lucha política no sólo de nuestro agrupamiento sino en general de los de abajo, y por otro, en junio 2011 la fusión con el grupo de Doble Resistencia. Así pues los planteamientos que hacemos a continuación no son un programa acabado sino una construcción flexible y en permanente discusión.
                                                                                        
Tipo de organización
Los integrantes de La gota conformamos un colectivo, no precisamente una organización con un comité central, o con un secretario, director, líder, jefe o algo similar. 

Nos consideramos un grupo democrático, y definimos la democracia a la que aspiramos como “un sistema en el que las decisiones las toman el mayor número posible de quienes luego tendrán que asumir las consecuencias de esa decisión; que prefiere las acciones y opiniones directas a las delegadas y la participación amplia y profunda en la política a la simple y superficial y, finalmente, reconoce y protege un ámbito privado inviolable en el que el individuo o el subgrupo toma decisiones sobre las cuestiones que a él y sólo a él luego le afectarán”. Luis K’Fong () .

Es decir que en La gota participamos directamente el mayor número de personas posibles en la toma de decisiones, porque entendemos que sólo en un ambiente de tolerancia, libertad, diálogo, negociación podrá ser la liberación definitiva de los débiles. Esto lo aplicamos tanto internamente como en los movimientos donde intervenimos, porque creemos que la democracia no es un asunto que se pueda posponer hasta ganar la revolución que dará a los de abajo el poder. 

Por ejemplo tenemos la premisa que la toma de decisiones se realice privilegiando el consenso. Cuando las decisiones son por mayoría no obligan a la minoría a realizar la propuesta pero se le exige no obstaculizarla.

Así pues somos más una red de militantes sin jefes que una organización con órganos predeterminados.

Una de nuestras estrategias es publicar una revista, La gota, que cuenta con once años de existencia. Esta publicación, a la vez que nos permite debatir entre nosotros, crea un espacio independiente a las órdenes de aquell@s que se reclaman a favor de los de abajo, en tanto que en los medios de comunicación burgueses no tenemos posibilidad de ser escuchados. Durante el tiempo en que se ha elaborado y distribuido nuestra publicación, nos hemos dado cuenta que es necesario tener nuestro propio aparato de imprenta para poder controlar el proceso directamente, para esto hemos ido creando un fondo que permita la adquisición de una imprenta.

El colectivo que poco a poco se ha ido consolidando, la revista y el fondo que hemos estado reuniendo con mil y un sacrificios, tienen un fin, uno claro, indudable e inconfundible: A saber, empoderar a l@s de abajo, darles voz, ayudarles a construir las armas de la crítica, para que libren su cotidiana batalla contra quienes les oprimen. Estratégicamente, hemos optado por construir la unidad de quienes nos reclamamos de izquierdas, de quienes entendemos que la liberación del género humano no puede darse si no es a través de la liberación de l@s de abajo. En este sentido, La gota tiene un objetivo más o menos mediato que debe orientar nuestras acciones y esfuerzos: "nada que consolide al enemigo, todo lo que nos lleve a la unidad".

En suma, entonces, La gota es un colectivo, una publicación, un proyecto y un fondo al servicio de la lucha de l@s de abajo.

En el mes de marzo del 2008 hicimos una alianza con el grupo Doble Resistencia, constituido por profesores que luchaban tanto contra la reforma a la ley del ISSSTE del 2007 como por la democracia sindical y dentro del movimiento RESISSSTE. Así se iniciaron las publicaciones conjuntas La gota/Doble Resistencia.

Sin embargo en el mes de junio del año en curso ambos colectivos concluimos que a lo largo de una labor conjunta de tres años, es innecesario hablar de dos agrupaciones, que concurrimos en el mismo trabajo, compartimos la forma de decidir, así como los objetivos de nuestro grupo. Elegimos el nombre de La gota por su trascendencia histórica a través de más de una década, pero además porque su nombre refleja la continuidad y persistencia y que este nombre representa exactamente lo que somos: una gota que junto con otras formará un torrente.  

Obligaciones de los miembros

En nuestro colectivo no hay niveles de participación, podemos decir que somos goter@s todos aquellos que así deseen reclamarse y que además lean, distribuyan, escriban, inviten, coticen o defiendan a la gota.

En el desempeño de estas actividades nos guía una premisa que exponemos a continuación.

Nosotr@s no nos consideramos neutrales, ni mediadores, sino que somos contendientes de un gran conflicto que tiene la sociedad permanentemente; el trabajo vivo, representado por los hombres y las mujeres, por un lado, y el trabajo muerto, cosificado, o sea, el capital que habiendo sido creado por nosotr@s, no es para nosotr@s, sino contra nosotr@s, por las relaciones sociales que hoy por hoy reinan aquí.

De tal manera que cualquier conflicto social –redondeamos–, por muy disparatado que parezca, se inscribe en este otro grande y determinante, que algunos le dicen la lucha de clases. Y como nosotros en ése grande tenemos partido, pues también en los conflictos chiquitos tenemos preferid@s, l@s de abajo.

Por eso nosotros hacemos la crítica sin concesiones al sistema de patrones, empresarios, empleadores, adinerados, inversores… en una palabra, capitalistas. Nuestra lucha es pues por la construcción de un sistema más justo que el capitalismo, es decir el socialismo.


Política hacia otros grupos

Como antes lo mencionamos, nosotros llamamos al diálogo, a la discusión, a la negociación de posiciones. Para nosotr@s la unidad es una de las armas más contundentes que tienen los que resisten y, consecuentemente el sectarismo es uno de los flagelos más tremendos que debemos combatir. No es que estemos por esa idea tonta de que todo pleito es malo, sino en la idea de que algunas diferencia se pueden negociar e incluso posponer, cuando se está enfrascado en una lucha que nos atañe a las dos partes. Creemos que muchas de las diferencias que hay entre l@s nuestr@s son cuestiones tácticas, formas de querer resolver y ésas no se dirimen suprimiendo al otro, sino discutiendo hasta quedar roncos y, sobre todo, esperando a que la historia demuestre cuál forma es mejor, cuál produce mejores resultados. Esto nos debe llevar a asumir las nuevas posiciones, enriqueciendo nuestro aprendizaje.

Por ejemplo, en el momento actual luchamos por detener la violencia institucionalizada, donde distinguimos dos tipos de violencia, la que atañe a los de arriba como el secuestro, el robo y la extorsión y la que vivimos los de abajo: la muerte. Así ahora participamos junto con otras organizaciones para detener la violencia, porque esta guerra no es nuestra y entendemos como una de nuestras tareas dar una explicación desde la lucha de clases de la supuesta guerra de Calderón, así como proponer acciones que puedan ayudar en la unidad. Una de estas acciones son las Kaminatas contra la muerte, propuesta que se hizo a diversas organizaciones y que se empezó a llevar a cabo el 15 de julio del 2010, como una actividad consecuente y consecutiva a la campaña de anulación del voto en las elecciones locales para gobernador.

Finalmente proponemos en primera instancia la unidad de acción, en el entendido que es un proceso en el que se irá construyendo una relación que puede trascender a otros niveles.



Chihuahua, Chihuahua, año 2011

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